domingo, 19 de septiembre de 2010

Festibike 2010, 18 de septiembre


Esta mañana hemos madrugado parte del cano-ritmo (Fran, Pablo y yo) y nos hemos ido a las Rozas a correr el Festibike 2010. Por mi parte era la segunda comparecencia, Pablo lleva 3 o 4, no recuerdo exactamente y Fran creo que otras dos. El resto del cano-ritmo, de fiesta. Literalmente.
Hoy había previsiones de algo de lluvia y como había llovido en la zona el jueves y viernes, se preveía un terreno algo blando.
La preparación para el evento había sido la habitual para estos casos pero las alarmas habían sonado en las últimas 48 horas con las almorranas, el “affaire” de la “Muñecona” y con las dudas de la fiabilidad del amortiguador “DT Swiss M210” que tantos dolores de cabeza nos ha dado en las últimas semanas. Además, algunos empezamos a ser veteranos de verdad, eh Pablo? ¡Felicidades chaval!
Bueno, pues ahí estábamos, siguiendo el plan previsto, desde las 9:00 en la misma línea de salida. La experiencia del año pasado, en la que salimos muy atrás y nos hizo perder mucho tiempo . Este año la organización con buen criterio había dividido la carrera en 2 con las salidas espaciadas en media hora. La más larga (la nuestra) de 72 bajando el cupo de esta última a 1800. Eso se ha notado mucho durante toda la prueba, menos montoneras y más disponibilidad en los 4 avituallamientos.
Pequeña queja para la organizción: para otro año, por favor, que suban el track oficial si no van a poner a nadie durante todo el recorrido. Muchos corredores perdimos durante varios kilómetros la ruta en varios puntos.
Antes de la salida, los últimos “ánimos” del presentador que insistió varias veces en que nos lo pensáramos, que la cosa podía estar pesada por la lluvia y algunas palabras de Hermida, reciente campeón del mundo. Menudo máquina. Las nubes se apartaban y parecía que la mañana iba a ser buena. Nuestra previsiones eran estar de vuelta antes de las 15:00 si no había incidentes, tipo reventones de tubeless, roturas de amortiguador, ... todo contaba. Desde la organización nos decían que atención con los últimos 10 Km que habían tenido que desviar la prueba volviendo de nuevo junto al río, por un puente que habían montado la noche anterior. Ese tramo que va junto al río lo hemos hecho nosotros varias veces, así que casi mejor. A partir de ahora voy a ir soltando datos de altimetría que guardó el Garmin. Para empezar, la salida a unos 719 m de altura.
Bajamos directamente hacia el rio Chico (629 m), y enfilamos en seguida la subida a “Colmenarejo”, de primera categoría, un clásico para nosotros pues es un entrenamiento que hacemos con bastante frecuencia.
La subida se hace bastante bien al haber muchos menos corredores, tan sólo en la triple cuesta final antes de coronar, yo tengo que poner pie en tierra por una montonera provocada por una caída. Pablo y Fran que iban delante coronan sin problemas. Hemos tratado de subir midiendo en todo momento pero esas últimas rampas te imponen un esfuerzo grande y mi estómago me da algún aviso. No van ni 10 KM y se me presentan algunas dudas. Eran alrededor de las 10:23 y habíamos subido hasta los 872m.
Una vez arriba, giramos hacia Colmenarejo, y bajamos aproximadamente durante media hora hasta los 639 m para enfilar la segunda subida del día. No la habíamos hecho nunca y por el perfil que tenía estábamos algo temerosos, subíamos igual que Colmenarejo pero en menos distancia. La llaman “la subida de la muerte”.
Realmente se hizo menos dura que la primera. No había tramos de descanso pero ninguna rampa como las duras de Colmenarejo. Coronamos sobre las 11:15 a 855m. Las dudas sobre nuestro estado físico se van disipando, nos hemos quitado 2 de las 3 subidas y la cosa no va mal.
Desde ahí una bajada rápida de una media hora hasta los 600 m (11:48). Ahí ocurre lo impensable, Pablo que nos lleva unos metros de ventaja, absorto en los detalles de su nueva bici, se sale de ruta. Por delante teníamos una hora aproximada de llaneo y al no verle en un buen rato nos mosqueamos. En ese momento recibimos su llamada y un rato después nos reencontramos. La versión oficial dice que estaba hablando por teléfono, era su cumpleaños y tenía la llamada de su familia. La realidad apunta a que ha ingresado en el grupo de élite “scott”, un subgrupo del cano-ritmo al que les puede pasar cualquier cosa sobre la bici porque se despistan hablando de las maravillas de las scott y de lo pulidito que está el cuadro... Llevábamos alrededor de 41 KM.
Como decía antes ahora teníamos por delante una hora de llaneo. A las 12:54 a 665 m iniciamos la tercera subida de la carrera. Esta subida es dura de verdad y no hay prácticamente nadie que la suba completa. Pablo y Fran lo hacen bien y casi llegan hasta arriba, pero los pedruscos sueltos, los surcos y la gente andando lo hace imposible. Coronamos a las 13:13 a 806 m.
Pasamos por las Villanuevas y enfilamos camino de vuelta hacia las Rozas. Sobre el kilómetro 58 giramos a la izquierda en el desvío que había avisado la organización. Todos los ciclistas que teníamos por delante habían seguido recto. Las fuerzas debían empezar a flojear y la gente no vio las marcas. Con nosotros se vinieron muchos de los que venían por detrás. Llegamos al último avituallamiento sobre el KM 60, pasamos el río sobre el puente de madera y nos mantenemos junto al río mientras volvemos al punto de partida. Son las 13:22 y estamos a 643m. La tendencia del camino sigue hacia abajo hasta los 628m (13:57) momento en el que iniciamos claramente la subida, por el mismo sitio por el que bajamos. Llegamos a meta sobre las 14:13, no sin antes una pequeña volata, que parece que quedó igualada entre Fran y Pablo. Entramos todos felices y contentos con muy buenas sensaciones en el cuerpo. El tiempo nos acompaño, hubo algunas nubes en el tramo final y la temperatura fue muy buena, sin mucho calor. Tengo la sensación de que fue más suave que la edición del año pasado. Aunque tuve ciertas dudas la tarde anterior, me alegro realmente de haberla corrido. Echamos de menos al resto del cano-ritmo pero los que fuimos lo hicimos en buena sintonía.
Los datos de la marcha:
67.5 kilómetros
4:30 tiempo en movimiento
0:36 tiempo detenido
15.0 media en movimiento
13.2 media total
Ascenso total 1283 m
Fran, cuando puedas sube las fotos please.
Para acabar, Pablo con su spark 30 va como una moto. Ha ido todo el rato en cabeza, excepto el rato a solas con su scott (jeje). Se le veía completamente sobrado. Va a seguir un duro contrincante para todas las volatas. Con el hierro que tenía no íbamos a ninguna parte. Has hecho buena compra, enhorabuena!!
Fran, como siempre es un tío cachondo y da gusto ir con él a todas partes, ah y cómprate la doble ya!!
Saludos cordiales

lunes, 6 de septiembre de 2010

Alto Tajo. (Riaza III)


En el 2008 hubo un Riaza I.
En el 2009 hubo un Riaza II, esta vez fueron 3 días pero no hubo crónica por lo que allí pasó quedará en el olvido.
En 2010 llegó Riaza III y esta es su crónica:

Como resumen ejecutivo digamos que Riaza III consistió en 3 días de mtb por el parque natural del Alto Tajo en Guadalajara, basada en las siguientes rutas sacadas de San Wikiloc:


Dia 1: Molina de Aragón - Peralejos de las truchas

Amanece el penúltimo fin de semana de Julio a más de 1000 metros de altura en Molina de Aragón. 5 bicicletas, limpias, engrasadas, ajustadas están listas para superar los 90 km de la primera jornada.

Una Kona.
Una Lapierre.
Una Rockrider
Una Scale.
Una Spark.

Alfabéticamente ordenadas para no herir sensibilidades en el grupo.

El desconocimiento o la falta de interés en la búsqueda de información de la zona, hace que el miedo a la deshidratación cause estragos en la Kona, los 3 litros de agua de la mochila Mule, más los 700 del bidón, no parecen suficientes para 90 km, la imaginación lleva a límites insospechados:



Cuando uno está en forma que más da llevar 2 kilos más de peso en la bici. El recorrido mostrará que el miedo era incierto y que el lugar despoblado al que pensaba que iba, era menos inhóspito de lo esperado.

El gps, perdón digo los gps se ponen en marcha, imposible perderse piensa más de uno, aunque no hay que confiarse, el primer fiasco le llega a la Spark, "he tenido que hacer algo mal, no tengo los mapas cargados".

Abandonan tranquilamente Molina en dirección al rio Gallo, la Rockrider conocedora de los casi 40 km de asfalto en bajada que les esperan impone un ritmo en cabeza que rápidamente es cortado por la Kona: "Son muchos km, baja el ritmo". El pequeño saltamontes obedece al sensei.

La belleza de la entrada en el cañón del rio Gallo hace que la Spark se tranquilice, su objetivo, una ruta de gran belleza, empieza a cumplirse.



Aunque asfalto, aunque sin coches, 40 km son muchos, y se reponen fuerzas, además el cargamento de gominolas, barritas energéticas, geles y demás para eso está. Pero la carretera acaba y conocemos el Tajo, el camino de las bicis ahora consiste en ir remontándolo, a la Scale sobrada de fuerzas le parece que vamos cuesta abajo, hay que explicarle la ley de la gravedad e indicarle que si vamos en la dirección contraria a la que corre el agua es que vamos cuesta arriba, tendida, pero cuesta arriba.

Curioso, pero nos encontramos con muchos coches, hace buen día y las familias aprovechan, más curioso es que al ver las 5 bicis, muchos coches se paren o bajen el ritmo, se agradece.

Al superar un desnivel la Lapierre ve a dos cicloturistas ( los cuales se diferencian de las cinco bicis de esta aventura, básicamente, en llevar portamochilas y las mismas a ambos lados de la rueda trasera) la Lapierre no puede evitarlo, a por ellos a darles un pasote. Una a una van pasandoles, la Rockrider les saluda "Eso si que tiene mérito, con esos mochilones!!!!"

Es hora de descansar.


Se oye un grito cañón abajo, o es cañón arriba?, es la Lapierre que se está bañando en las aguas gélidas del Tajo.

También hay que apreciar el paisaje:


Hace calor, es Julio, y nos desviamos del Tajo para subir a Peñalén 300 metros de desnivel casi a las 3 de la tarde que la Scale agradece, corona y recibe al resto con un tercio bien fresquito.

Comer, enfriar el agua de las mochilas, y ver ganar a Contador la crono y el Tour es todo uno.

La kona baja a buscar el Tajo, es la primera, como siempre en las bajadas.

La belleza de la zona habla por si sola, pero lo mejor está por llegar, el salto de poveda, la laguna de taravilla.

Aunque el momento estelar esta por llegar, hay que vadear el Tajo, eso sí sin que se mojen las bicis.


La ruta se acaba y Peralejos se acerca, pero no por eso la belleza de la zona disminuye.

El final 90,44km ninguna de las bicis había hecho antes estos km, alguna se lamenta "Que lástima no haber superado los 100".

Miguel el propietario de los apartamentos rurales las fuentes recibe a las bicis, no se sorprende es algo normal en la zona, la cual conoce al detalle.

Esa noche, por primera vez en su historia la Scale dormirá al raso, y sin candado, la Rockrider acostumbrada la tranquiliza, "No te preocupes, aquí no te robarán".

Dia 2: Peralejos Chequilla Zetas.

Hoy el reto no son 70km sin más, hoy la aventura consiste en hacer casi 40 sin covertura, sin un pueblo en 10km a la redonda campo a través, sin una fuente o un río en el que refrescarse, sin un sitio donde comer.

La Lapierre se confiesa: "He tenido que hacer algo mal al meter la ruta de hoy, sólo tengo una parte..."

La salida de Peralejos es dura, no apetece y hay que ascender: "Vamos Rockrider", dice la Kona, "Que luego nos cogen".

Acostumbrados a la belleza del Alto Tajo, la erosión de los elemenos parece no sorprender:



Los km avanzan y dejan las zonas habitadas, pistas rodadoras esperan se sube y se sube, la Kona no puede más, y cambia a la Spark, pobre Kona abandonada, esto es el principio de otra larga historia veraniega.

Pero no hay un lugar donde comer, Griegos un pueblo de Teruel, bonito donde los haya era una opción, pero la subida a la Muela de San Juan desaconsejaba el desvío.

Las 5 bicis se paran en un cruce, "Seguro que era aquí?" pregunta la Scale, "Seguro que esta era la hora?" insiste, no hay tiempo para dudas en dos minutos aparece un Honda CRV que todos reconocen, dentro Marisa sonríe, Josema nos mira extrañado, "Estos están locos".

Podremos agradecer la comida improvisada que nos preparó Marisa, las cervezas fresquitas en medio de la nada, pero la compañía y la charla bajo aquellos pinos es inolvidable, GRACIAS GUAPA.

Las cinco bicis se despiden del avituallamiento móvil y siguen su camino, el momento escatológico de la ruta divide el grupo, Spark y Kona comparten una escapada de 15 km que Lapierre, Scale y Rockrider no pueden entender, "Habrá pasado algo?", "Que va sólo quieren ganar la etapa". El encuentro es escabroso y Lapierre y Spark muestran su enfado, sólo "pure mtb" vuelve a unir al grupo:


"Bajad el sillín¡¡" señala la Spark, "Yo paso, bajo andando" dice la RockRider, "Venga vamos a intentarlo, uuuuuy que me voy de cabeza" comenta la Scale.

La Kona lo tiene claro, baja despacio y con precaución, la Lapierre lo tiene más claro, andando se llega seguro.

La bajada se salva sin incidentes, y la belleza de las zetas se puede admirar al avanzar el camino.

Peralejos está cerca, el alojamiento se vislumbra en lo alto de la calle, la Rockrider ha aprendido mucho, va la última pero lleva ya el plato mediano metido, ataca no sin dudar, adelanta a uno y a otro pero nadie responde, la Scale, la primera no puede evitarlo, ha oído el cambio sram7 y se pone de pie, la Rockrider le pasa, pero la Scale llena todas las venas de sangre, toda la potencia de meses de entrenamiento se desata en 5 segundos. "Mete plato, mete plato" gritan desde atrás, apunto de coronar la Scale se rinde, primera volata para la Rockrider.

El descanso es merecido, al final 70,90 km que han sido duros o muy duros, la Rockrider se sorprende: "Pues a mí no me han parecido tan duros", la Spark se siente ofendida "Pues entonces es que te has ido tocando las bolas"

Dia 3, Alto Tajo Etapa 2.

Volver a salir de Peralejos, se hace pesado, la subida es dura, pero la dureza cambia de estilo, cuando además de subir tienes un firme en mal estado, un camino, pisoteado por bacas con rodadas de coche, hace que la Rockrider se deprima en lo mas profundo de su ser "Si yo fuera una doble" piensa para sí. Lapierre, Kona y Spark sin embargo parecen disfrutar con el trazado. La Scale ajena a lo que le espera sube y baja sin precaución.

El paisaje es de alta montaña, rodeados de pinos que ya no sorprenden, se echa de menos el Tajo y su rumor, el camino vuelve a normalizarse y las ganas de hacer kilómetros hacen que las ganas de correr aumenten, ahora viene una bajada, Kona y Spark se lanzan en picado, pero la Scale picha, que digo pincha, repincha, Rockrider y Lapierre ayudan en la reparación.

Pero, ¿como se repara un pinchazo en una tubeless? si las tubeless no pinchan, probamos con hacer girar la rueda, no hay manera el aire se escapa, se busca el agujero y no hay, lo que aparece es una rajita de 3 milimetros, mal asunto, se prueba con el pegamento, que chapuza, los minutos pasan, no hay cobertura, Kona y Spark empiezan a preocuparse, algo ha tenido que pasar y debe ser grave para que no bajen ninguna de las 3 bicis, la Kona remonta la bajada para ayudar, pensando en lo peor.

El encuentro es agridulce, y aunque el pegamento no haya funcionado se prueba con la espuma, otro desastre.

La Kona insiste una y otra vez, "pon una cámara", al final la Scale cede.

Han perdido casi 90 minutos y la idea era llegar a comer a Molina, después de una subida exigente el camino llanea, apretan el paso, según el perfil ahora viene una bajada, está asfaltada y la Kona adelanta a la Scale, no hay manera con la Kona, bajando no tiene rival, pero la Lapierre ha aprendido mucho "Baja el pie exterior a la curva, y písalo fuerte, agacha la cabeza y aprieta los dientes" aconseja a la Rockrider, la Lapierre va a por la Kona, a tumba abierta, sólo haber salido en pole le da la victoria final a la Kona que sorprendida felicita a la Lapierre por el ritmo de bajada.

Cogen la carretera a Molina esta vez de subida, la Rockrider intenta tirar del grupo, hoy va a darlo todo, a reventar, todo por el grupo, pero no tiene experiencia, tira demasiado del grupo y este se rompe.

A falta de 5 km la Rockrider ya no puede más deja la cabeza del pelotón y este se reagrupa hasta que poco a poco la Spark se aleja, su objetivo hacer que la Scale se divierta un poco, pero esta se ha dormido, lo intenta pero Molina esta muy cerca, la Spark vencedora corona Molina de Aragón.

Por primera vez no se acaba un Riaza en grupo, pero no pasa nada, la Kona no se enfada, ya estamos acostumbrados al cambio, el cambio es bueno.

Esta vez han sido 58,49 km, no está nada mal para acabar.

El año que viene más.