viernes, 29 de junio de 2012

Crónica ASTROMAD 2012. Distancia Half Ironman

Un mes y medio antes de la prueba decidí que intentaría debutar. No estaba seguro de poder sacar el tiempo necesario, pero de ilusión también se vive.

 Llevaba un mes y algo sin correr por un dolor de gemelos que luego ha resultado ser un "fallo técnico" de nacimiento allá por la región lumbar y que sólo da guerra a veces sí y a veces no. Como ya tenía un diagnóstico (después de años con el problema de forma intermitente sin ser consciente) pues a probar si los consejos funcionaban.

 Por si lee esto alguien que no me conozca añadiré que nado, corro y voy en bici de forma regular desde hace unos tres años. Lento pero seguro. Si una base así hubiese sido una verdadera insensatez pretender preparar esta prueba en ese tiempo. Eso sí, la experiencia en triatlones tampoco era para tirar cohetes: dos sprint decentes y un olímpico en última posición.

 Vamos al grano, al día de la prueba. Los niños están con unos amigos (gracias Cristina y Rafa) y mi gran supporter (mi mujer, claro) a mi lado en todo momento. Dudo mucho de haber estado siquiera en la línea de salida sin su ayuda. Es logísticamente muy complicado esto del triatlón.

 10:00 Reunión técnica

 Por si me contaban algo interesante, allí estábamos. Pues resulta que como se hará de noche (sorprendentemente) pues que el tiempo de corte es de 7h 30'. Un momento ¿dónde se avisaba de esto? En ningún sitio. ¡Pero si yo he visto tiempos de llegados de otros años por encima de las 8 horas! Os pedimos disculpas, dice el organizador. La primera en la frente.

 Menos mal que uno va fuerte de moral a estas cosas, porque es para echarse a llorar. El señor de la organización avisa de que hay 4 vueltas en el recorrido a pie, el Juez pone en la diapositiva que son 3. Claro, luego hay confusiones.

 12:00 Plato de pasta

 Un decir. Yo que lo tenía todo organizadito para comerme mi pasta a esa hora y tener la digestión hecha para las 14:30 (luego resultó que no había tanta prisa) me quedé con las ganas. Hasta casi las 13:00 no pudo ser. No pasa nada. La moral alta.

 13:50 Sesión de (in)vestidura

 Que si crema para el sol, que si vaselina, que si el aceite para que entre y salga el neopreno. ¡Ni los toreros!
14:20 Al agua

 No quería cometer el error de otras veces de salir de pena nadando por culpa de mi mala tolerancia al agua fría (18ºC según los jueces).

 Retraso 5 min, 10 min, 15 min

¿Y el tiempo de corte? Yo sigo en el agua, que con el neopreno me asfixio a 35ºC. Como la cosa se hace aburrida, me pongo a charlar con Javier (un saludo) al que conozco por eso del remojo y la espera. Lamentablemente le fui sacando datos de sus pruebas anteriores y me empecé a asustar de lo que me venía encima: que tenía 3 horas en maratón, que hizo un HIM en 5h15, pero que aquí se retiró el año pasado a las 6h, vamos, que me puso la prueba en su sitio.

 Después de mucho rato la organización nos dice que un accidente de moto ha formado un atasco, que no está la guardia civil, que no ha llegado el autobús que trae a los últimos participantes (la segunda transición no está en el lugar de la T1), que nos quitemos los neoprenos. Uf, si me lo he puesto con ayuda de mi mujer y sudando la gota gorda.

 Total, salimos del agua (mi mujer me gestiona un trago de isotónica que sabe a gloria y otro triatleta aprovecha para empinar el codo agradecido) y justo cuando me quito la parte superior del neopreno entonces van y nos forman por orden como en la mili y ¡nos meten prisa!

 Bueno pos vámonos que nos vamos. Todos a la corchera. ¿Y la corchera? Ah, sí, esto que se toca con los pies.

 15:32 Por fin salimos

 Bien. Contando hasta cinco para arrancar, tranquilo y ya enseguida con mi orientación estadística: si veo a gente por la derecha y gente por la izquierda voy bien. Y así fue porque no miré p'alante hasta el final. A la postre lo que creía ser mi punto débil se me dio bien (38' y poco). El único momento entretenido fue cuando una hilera de nadadores se cruzaron en perpendicular arrollando todo a su paso: Eran los del olímpico, que según la organización no nos toparíamos si nadábamos por debajo de 45'. Vaya, otra promesa incumplida. 

38' después Salgo del agua.

Mi mujer "¿cómo vas?" yo "bien, borracho, pero bien". Otro triatleta cercano comenta riéndose "pues yo llevo un pedo…" Lo cual me tranquiliza porque no soy el único y cada uno se consuela como quiere.



 Hago la transición tranquilo, salgo de la zona de bicis y me subo... luego veo que me he subido antes de tiempo, pero los jueces no me dicen nada. Empezamos la primera rampita de la jornada, con unos 350 metros de desnivel. Ahí me pasa todo el mundo, la mayoría del olímpico y del sprint. Tengo las ideas claras, el tiempo me da igual y esto es muy largo. No me pico con nadie (Fran no estaba allí). 

Muuuucho calor.

 Giramos a la izquierda hacia Cebreros y ya la cosa clarea. Los del sprint han seguido rectos. Me llama la atención ver un par de ciclistas con dorsal en sentido contrario. Imagino que se retiraban. Cómo eso no entra en mi diccionario, me sorprende.

 Excepto algún misil contado, en general voy manteniendo el ritmo de los que tengo a la vista. Se me van un poco en las subidas, les cojo en las bajadas. Me llama especialmente la atención un triatleta del Half que va con un maillot de manga larga y parecía gordito (el maillot, digo).

 Llega el primer avituallamiento. Cojo bidón de sales 0,5l y una botella de agua. Iluso de mí tiro el agua caliente de mi bidón y lo relleno con la botella fresquita. Operación circense encima de una bici de carretera.

¡Que calor!

 Un triatleta que está subiéndose a la bici me pregunta por la presión de su rueda de atrás. Ha pinchado y teme no llevarla bien de aire. “Aguantará” le animamos. “Con una bomba pequeña no se puede hacer mucho más”, le dice otro Maldice su suerte y se me acopla un rato detrás. Me pide disculpas. No pasa nada hombre.

 Parece que vamos con un calefactor enchufado. ¿Es que aquí no sabéis hacer carreteras llanas?  Me empiezo a mosquear. El segundo avituallamiento era por el 60 ¿no? No voy ni a 20 km/h. Dos horas sin repostar ¡Esto va a ser el Marathon des Sables!

 Tengo, desde hace un par o tres de semanas, un dolor en el pie que me está matando en la bici. Curiosamente no me molesta mucho al andar ni al correr. Que le den.

 Veo a unos triatletas parados. Pienso que ha debido de haber una caída o algo así. Luego me percato de que están llenando los bidones de un chorrito que mana de las piedras. Más tarde me enteré que hubo abandonos por problemas "gástricos" por beber de un abrevadero no potable.

 Un chico con una manguera en una gasolinera echa agua hacia arriba como improvisada ducha. Me paro y lleno un bidón. "Muchas gracias, no lo olvidaré" le digo. Mil veces me arrepentí de no haber llenado los dos. ¿En qué leches estaría pensando?

 Definitivamente voy seco. Hay un pueblo. Genial. Entro en un bar y pido agua. Dinero no llevo, pero daré pena seguro. En la plaza del pueblo veo otros dos triatletas caminando con la bici. ¿Dónde hay agua por aquí? En la fuente. Pues allá que vamos.

 Recuerdo ver en el fore que llevaba 45 km y estaba ya harto de calor, de sed y de cuestas. ¡Sólo faltan 50 km y una media maratón! A pensar en otra cosa que así no vamos bien.

 Sobre el 60, primer paso por Robledo. “¿Qué tal vas?” Me pregunta mi supporter. “¿Bien o te lo cuento?” No dije eso, pero me dieron ganas. Creo que mucha gente aprovechó para coger su coche e irse a casita.

 El segundo avituallamiento estaba justo al salir del pueblo. Los chavales, muy majos en todos los puestos, me preguntaban si quería agua, barritas, sales. “De todo”, les dije. Me paré. Bebí, charlé y salí con dos bidones en el cuadro y uno dentro del maillot. Uy, que se me hiela el esternón. Me lo paso a la chepa. Mucho mejor.

 Comienza una subidita durilla. Yo no voy sobrao. Llevo, cómo gran parte del recorrido todo metido. Curiosamente es con ese desarrollo cuando más adelanto a la gente. Yo creo que hay que ir o sobrado de piernas o sobrado de desarrollo. Está claro: yo tengo 3 platos.

 Aún así tengo pequeños calambres. Sin duda ha sido la deshidratación, porque yo estaba medianamente preparado, las piernas descansadas y no he forzado para nada. Mal vamos. Como y bebo todo lo que puedo. Sobre el 80 los superaría.

 La subida, como todas, al final se termina y la bajada es chunga por el estado del asfalto. Varias veces apuesto 3 a 1 a que pierdo el bidoncillo de medio litro que va holgado y pegando botes. Bueno, eso y algún empaste. Al final lo que pierdo es mi apuesta y conservo todo en su sitio.

 Me hace mucha gracia que una chica de paquete de un motorista se aproxime y me pregunte que tal voy. No sabe lo que falta para el avituallamiento. Me pasa un bidón de agua y se marcha. Casi fueron los únicos seres humanos que vi por allí. Desde luego ningún triatleta en casi 20 km.

 Llegamos a las antenas de la NASA (impresionantes) y al tercer avituallamiento. Último cruce, saludo a la benemérita y ya se ve a los triatletas corriendo. Que gusto poder ser un máquina de esos.

 5 horas de bici después

 Lo bueno es que ya no hay ni sol. La gorra no me va a hacer falta. Cojo los dos geles que tenía preparados (ya había tomado 4, mas varios plátanos) y me digo a mí mismo "coge el fore, coge el fore, coge el fore". Allí que se quedó puesto en la bici.

 Las pulseras las daban curiosamente al empezar la vuelta. Cojo una. Y como hasta entonces el estómago iba bastante bien, pues me trinco un gel con agua muy ufano. ¡Qué mal me sentó! ¡Qué dolor de estómago! Tardé casi dos vueltas en superarlo y no tomé ni agua de lo mal que iba. El único momento que pensé en caminar fue por el dolorcito de marras. Luego se fue poco a poco.

 Me dice un compañero de fatigas en tono jocoso: "¡Oye! esas zapatillas... ¡son las del decathlon! (refiriéndose a mis flamantes new feel)" "Sí, señor" le digo "10 €" No recuerdo su expresión exacta pero vino a ser algo así como "¡Manda huevos!"

 El circuito no podía ser más feo. Corríamos por medio metro de arcén de una carretera. Cuando venía alguien en sentido contrario había que echarse o a la carretera o al campo. A todo esto en perfecta cuesta abajo a la ida y en perfecta cuesta arriba a la vuelta. Aquí no se regala nada.

 Oí la siguiente conversación entre un triatleta y, supongo, alguien del servicio médico: "¿Entonces que hago? Beber sales. No te llenes la barriga de agua o te darán calambres" ¿Adivináis que es lo único que se podía beber en la carrera? Agua. Eso sí, yo tomé nota del sabio consejo y mi supporter me suministró un poco de isostar que me vino al pelo. No tenía yo el estómago para experimentos.

 Cuando estoy completando la segunda vuelta con dos pulseritas en la mano viene la noticia. Un juez en bicicleta anuncia: "A las diez y cuarto cerramos el control de carrera" Debían de ser las diez y diez o así. Me fastidió lo justo, porque ya en la charla técnica me temí lo peor. Vi otros que sí que se lo tomaron realmente mal.
 Mi primer pensamiento fue:
"Y voy a tener que hacer otra vez un HIM para acabar esta distancia"
El segundo: "Paso de hacer otro"
El tercero: "¿Pero por qué no nos dejan acabar?"
Y el cuarto: "Ya está. Yo acabo éste como sea. Problema resuelto"

A mi mujer, andando a su lado: "Escúchame bien. Van a cortar la carrera, pero yo acabo por mis… Ve al coche y tráeme la linternita led"

 Mi única preocupación: Que quitasen los conos y no fuera capaz de saber dónde dar la vuelta. "¿Vas a seguir? Sí. Bajo tu responsabilidad. Puedo prometer y prometo que sigo bajo mi responsabilidad" Textual 

La chica que va a mi lado le queda una vuelta y le pide a un miembro de la organización "por lo menos completad el podium femenino, que voy la tercera"

 Unos pocos seguimos. Yo creo que muchos lo pensaron pero al final se desanimaron. Llego a la zona de agua. Tomo una referencia con dos torres eléctricas y la luna. Aquí tengo que dar la vuelta si me quitan los conos.

 Estoy llegando al final de la tercera vuelta. "Voy a acabar" le digo mi mujer "claro que sí" me responde "¡qué confianza!" pienso. Luego resultó que la pobre estaba confundida por la charla técnica dónde ponía en la diapositiva que eran 3 vueltas aunque el organizador confirmó que serían 4. "No te preocupes si tardo algo más, puede que tenga que andar" Al final no fue así, pero mi tercera vuelta fue la más rápida por la adrenalina del "fuera de control" y notaba los cuádriceps tocados.

 "¡Qué previsor! Me comentan otros triatletas al ver la linternita que sólo servía para que me vieran los coches. La luna era muy tímida y no se veía un pimiento. Paso otra vez por el campo de futbol. El speaker que aún curraba en aquel momento anuncia que dos triatletas llegan por fin a meta. Se equivoca, a mí me queda una vuelta todavía.

 España gana ya a Francia en el europeo de fútbol. Poca gente por allí.

 Un chaval de la organización me anima. Los coches pitan. Algún grito de ánimo también sale por las ventanillas. Creo que nunca me habían sentado tan bien esos ánimos y nunca los había sentido tanto.

 Última bajada de la cuesta. Las chicas del agua siguen allí. No tienen una mísera luz. Están en la carretera jugándose el físico. La luna se ha perdido entre las montañas y mi referencia también. Gracias, gracias, gracias, les digo. Lo mejor de la nefasta organización.

 Quedamos 3 triatletas. El último va andando detrás de mí. El otro me había adelantado en la bajada. Al final de la misma le veo vaciando el depósito "no había hecho en toda la prueba" dice. "¡Vamos juntos!" me anima. No sé si es que le apetece ir protegido por mi linternita o simplemente le apetece ir en compañía. "Vete" le insisto varias veces. Me había pasado claramente en la bajada y no quería forzar por ir a su ritmo. 

En estas que un chaval en moto viene del pueblo. Nos anima y se pone justo detrás nuestra para acompañarnos y darnos luz. Gracias. "No te puedo dar mucha conversación" le digo "ni te la pido” dice “tú a lo tuyo. Es grande lo que estáis haciendo. Yo competía, pero un accidente de moto me tiene parado. Estoy deseando volver" Que majo.

 Mi compi flojea y el motorista le espera. Yo me animo y me vengo arriba.

 Mi mujer corre a mi lado y me dice cosas que me emocionan profundamente. ¿Te he dado suficientemente las gracias? Pues gracias otra vez.

 Encontré una frase en un foro esa semana y un "reminder" me la metió entre ceja y ceja:

                El dolor es pasajero el orgullo es para siempre


PD: El reloj estaba parado. Otro detalle de la organización. Llegué 10 minutos después de lo que marca.