lunes, 23 de febrero de 2009

4ª Media Maratón de la Latina



Cuarta edición de la carrera de mi barrio de toda la vida, de momento solo me he perdido la del año pasado aunque me siento tentado de perderme más en adelante...

Semana rara, con una molestia en la rodilla derecha que me hizo parar unas series de 1000 el miércoles y no volver a calzarme las zapatillas hasta el domingo por la mañana (hay que adelgazar, no hay más remedio, cuando las rodillas avisan...). El día D amanece espléndido, transparente, sin una nube, de esos en que parece que todo se ve en alta definición, sin nada que ver con años anteriores en que esto parecía la media maratón de Siberia. Voy con tiempo para calentar, tomar un café, cambiarme con calma en el coche... sin agobios vamos, como hace un mes en Getafe. A mí esto antes no me pasaba nunca, debe ser que me hago viejo.

Me cuelo bastante delante en la salida y pierdo unos 15 sg. nada más hasta la alfombrilla; empiezo a picar miles en 4:20 justitos en este primer 3000 -el único llano de toda la carrera- y recorto hasta los 4:15-4:16 durante la bajada; esta carrera es la leche de incómoda, hasta en la parte fácil te tienen que meter algún tobogan de esos que te dejan las piernas temblando por el cambio de ritmo.

A todo esto terminamos la cuesta del concejal nosecuantos, que hizo las delicias de todo el mundo las dos primeras ediciones cuando se recorría de subida y con 20 kms/h de viento de cara, para dirigirnos hacia las cuestas que culminan en el Batán, el km 9 ya cae en 4:40 y no hace ninguna gracia; no se trata de esas cuestas suaves y sostenidas que castigan el cardio pero que luego las piernas recuperan bien, son desniveles duros donde los cuádriceps sufren y generan ácido láctico y todo tipo de porquerías que luego te va a venir fatal tener por ahí. Esta claro que no va a ser un día fácil.

La bajada hasta el Lago vuelve a ser favorable pero ya no me hago ilusiones, la primera cuesta del día me ha hecho darme cuenta de que aún me falta mucho para la plena forma y que las escaladas se me van a atragantar bastante.

Km 13, giro a la izquierda hacia las pistas de tenis con un repecho de esos que usa Fran para atacar, aunque a mí el único ataque que me parece posible en ese momento es uno al corazón. Bajo la cabeza y me dispongo a sufrir 8 kilómetrillos de nada cuesta arriba; vaya invento la gravedad, para coger al Newton ese...

La subida por la casa de campo dura hasta casi el 18. En esta zona, salvando un digno 4:22 en el k.14, todos los parciales caen entre 4:34 y 4:40; se han acabado las alegrías de la primera mitad, ahora cada km hay que sudarlo a conciencia. Más tarde, tras pasar bajo el Paseo de Extremadura y bajar unos pocos cientos de metros giramos a la derecha y a subir otra vez junto al parque de Aluche. Anda que no he hecho kilómetros yo por aquí, mi primer Mapoma lo entrene enterito en este parque allá por el 2002, y pensar que rodando normalmente esto parece solo una ligera cuesta... ahora mismo para mí es el Angliru.

En condiciones normales de aquí a meta se aprietan los dientes y recortas 30 o 40 segunditos de tiempo, pero hoy ya no me queda nada que dar, además hace rato que voy con la sensación de ir peor de moral que de piernas, no se qué pasa pero no tengo el ánimo de sufrimiento habitual, solo quiero terminar de una vez.

Tiempo neto en meta 1:33:45 por mi reloj, 1:30 menos que mi mejor marca en esta media, aunque los de Thunar ponen 6 sg. más que no se de donde salen porque yo pico con precisión suiza al pisar las alfombras, y si no ahí están las fotos para demostrarlo, que tengo una obsesión de relojero suizo por el crono...

En fín, las 6 próximas semanas serán claves para preparar MAPOMA y hacer bien el test de la media de Madrid, me falta mucho mucho que hacer si quiero llegar a tope así que, a aplicarse.

Desde aquí aprovecho para animar a Pablo y desearle suerte; en 6 días de nada estará en la linea de salida de la maratón de Barcelona. Espero que hagas el tiempo que llevas en las piernas y que disfrutes sufriendo una de las carreras más bonitas de España. La mezcla de alivio y envidia que siento por no estar en sus zapatillas el domingo que viene solo puede entenderla quien ha cruzado alguna vez la meta de los 42 kms. ¡Suerte maestro!