lunes, 15 de septiembre de 2008

Deporte, amigos y piques

Ante todo, escribo esto por que lo necesito.

Por que si me lo guardo pienso que me va a sentar mal y si lo saco, que puedo hacer algún bien.

No me recuerdo sin el deporte. Bueno, hasta los catorce más o menos era sólo juego. Luego fue ocio con los amigos. En las épocas peores, era salud. Ahora es salud, pero sobre todo, ratos con los amigos.

He hecho casi de todo. Nada muy bien, nada muy mal. Casi siempre autodidacta y pachanguero, globero. Pero es que, además, estoy convencido que es la actitud más sana ante el deporte, física y psicológicamente. Es aquella que te permite dejar un deporte que llevas 5 años haciendo 3 veces por semana sin que se te mueva un pelo de la conciencia y sentarte a descansar cuando estás cansado y curarte las lesiones con reposo.

Después de muchos años y sin querer, llega el Cano Ritmo, y hacemos un grupo envidiable (y envidiado). Nos superamos juntos, nos entrenamos juntos, nos apuntamos juntos (a veces tras más de dos horas de cola). Venga que un diez mil, la media cómo entreno, la maratón la hace cualquiera…

Compraos unas bicis que vais a disfrutar, el mont ventoux, abantos y colmenarejo.

Y un buen día me paro a reflexionar y digo: ¿a dónde voy?... eeeehhhhhh ¿a dónde vaaaaaaaais?

No sé a dónde vais. Pero yo sí sé dónde quiero ir. Quiero que el deporte me sirva para hacer y conservar amigos y hacer y conservar la salud. Todo lo demás está bien si viene, pero no se puede sacrificar todo a la marca. No se puede estar siempre por el pique.

La marca, el pique, van a joder el grupo y, en el peor de los casos, la salud.

No se puede mejorar la marca en cada carrera, ya sea diez mil o maratón. No se puede salir cada día a entrenar. No se puede acabar cada rodaje a muerte.

¿Por qué? Pues porque se acaba solo. Al final es ir solo, a conseguir la meta, el objetivo, caiga quién caiga. Claro, cada vez viene menos gente a las rutas, cada vez se apunta menos gente a la misma carrera, hay quién no quiere ni ver la bici.

Y es que hay que reventar a Cano en Colmenarejo, a David en Riaza, a Pablo en los Levitt y así. Sea. Será cómo en los inmortales. Sólo puede quedar uno.

Pero me voy a atrever a hacer una profecía. Dentro de unos años, diez, veinte, miraréis atrás y a lo mejor no recordaréis todas las carreras, ni todas vuestras marcas, ni todas las zapatillas que tuvisteis, ni todos los puertos que subisteis. Y, aunque lo recordéis, lo que os aseguro, es que no lo añoraréis cómo añoraréis al grupo.

Vamos a intentar no cargárnoslo. Es sólo un deseo.

Nunca estaremos todos al mismo nivel en ninguna actividad. Pero yo creo que habría que buscar un equilibrio entre las máquinas y las no máquinas (que tampoco son tan paquetes) para que a estos últimos no les entre las ganas fervientes de decir: “Conmigo no contéis”. Hay momentos para el reto, momentos para el rodaje, momentos para el trote y la charla, momentos para el pique y momentos para competir. Simplemente creo que se nos ha ido la pinza en el criterio.

Esto es cómo lo del antipinchazos. ¿Cómo se pierde más tiempo con él por el peso que da o al tener que parar? ¿Cómo hay más diversión, unos meses más con piques y coñeos sin fin, o con un grupo que dure años?

Es sólo mi opinión. Ahora que os he vendido la bici, no pretendo venderos la moto.

Gracias, que ahora estoy más a gusto.

1 comentario:

cano dijo...

Se te ha olvidado ponerle una etiqueta a la entrada pareces nuevo.

Está bien lo de las etiquetas porque así quedan organizadas todas las entradas, ya que al paso de publicación que vamos dentro de pocos días van a ser muchas y extensas.

Había pensado en ponerle yo la etiqueta, pero no tengo claro si ponerla en la genérica de correr, en la de motivación, o en la de risas, ya que como ha quedado claro tienes una gran falta de sentido del humor :-)