Gastar el poco tiempo libre que cada uno tenga en correr -o peor aún, en "entrenar"- es una decisión curiosa, por decirlo de forma amable, y el corredor aficionado enfoca esta faceta atlética de su vida de acuerdo con su personalidad, sus capacidades y su sentido común (o su ausencia de él).
Jorge ha hecho una presentación personal de los
runners canorítmicos, y a mí me gustaría hablar ahora de como cada uno de nosotros vive esta segunda o tercera vida de
cutreatletas que arrastramos como podemos detrás de las obligaciones profesionales y personales. Para ésto me inventaré una clasificación bastante arbitraria pero que me viene bien para lo que quiero contar.
El corredor sin complejosCategoría liderada por
Fran y donde puede encajar también Pablo la mayoría de las veces, aunque no todas. Desde mi punto de vista éste es el enfoque más sano y lógico de la carrera como afición, el corredor sin complejos utiliza la carrera para mejorar en otros deportes, para controlar los
michelines y porque correr permite mantener un buen estado de forma gastando poco tiempo al día, sin depender de nadie y en cualquier época del año.
Si me siento con
Fran a intentar convencerle de los beneficios de planificarse un día de series cortas y otro de largas a la semana, formas de tortura refinadas como pocas, me mirará como si le estuviera proponiendo que se haga las ingles brasileñas. El corredor sin complejos no intenta cumplir planes con
kilometrajes brutales, no sufre series infernales ni hace rodajes largos o sale a correr a las 11 de la noche lloviendo, si se presta la ocasión aparca encantado una carrera por un partido de
basket o por una ruta en
mountain bike, que son cosas mucho más divertidas. Ellos han descubierto que nadie te va a pagar ni a admirar por correr mucho, entre otras cosas porque siempre habrá un montón de gente en cada carrera que irán más rápidos que tu, y corren en la medida justa en que les apetece. Vivas como vivas este mundillo, pero sobre todo si eres uno de esos
runners voluntarioso y obsesivo, ten por seguro que tienes mucho que aprender de ellos.
El jornalero de la carreteraTérmino adaptado del mundo del ciclismo, jornalero de la bicicleta, gregario... atleta voluntarioso que se sabe abocado a correr en el pelotón, que nunca cruzará una línea de meta el primero pero que aún así intenta
disciplinadamente mejorar, seguir un plan de
entrenamiento con series, tiradas largas,
tempos,
fartleks, cuestas, ejercicios de técnica de carrera... cualquier cosa que se lea en
internet o en las revistas especializadas y le parezca convincente.
Davide, Carlos, Cano y yo claramente pertenecemos a esta categoría.
Si alguna vez has salido a correr aunque llueva, sea completamente de noche, haga un frío que pela y te de ganas de llorar la sola idea de ir trotando por las calles solitarias mientras la gente normal ve la
tele calentita en casa, si te reconoces en ese
tarado al que el paseante ocasional del perro mira pasar como si fuera un extraterrestre... entonces eres uno de los nuestros. Esclavos de un plan de entrenamiento hecho por alguien que igual sabe todavía menos que tú de esto (y se de lo que hablo porque he hecho muchos planes de entrenamiento), vamos estirando nuestra fuerza de voluntad semana a semana hasta que un resfriado o una época de lío en el trabajo nos tiene parados unos días y volvemos a empezar.
En el fondo nos gusta esto, pero es difícil explicar por qué, los entrenamientos no suelen ser ya carreras relajantes y agradables para acabar con el
estrés del día, o estás corriendo en tu umbral
anaeróbico o en el del lactato o al 90% de tu frecuencia cardiaca máxima... y al clásico
canoritmo solo vuelves en contadas ocasiones para recuperar o hacer algún rodaje fácil a principio de temporada. Y sin embargo cada año hay una o dos carreras -
diezmiles, medias,
maratones- donde te encuentras al 110% y ves el fruto de tanto entrenar a lo tonto, ves pasar los kilómetros en tiempos que no creías posibles y consigues batir tu marca personal en la distancia. Esos días hacen que todo merezca la pena y te meten el gusanillo en el cuerpo para volver a empezar, a pensar en otra carrera y a cerrar los grilletes de un plan de entrenamiento aún mas exigente en torno a tus pobres piernas.
El homo carrerensisUna nueva línea evolutiva, alguien que sale a correr y disfruta con cada entrenamiento, con el sufrimiento de cada serie, pegándose a cualquiera que corra más que el para intentar superarle, disfrutando de la competición, ignorando lesiones o dolores y gozando cada segundo mientras el cerebro le dice a las piernas que lo dejen ya por Dios... ese es el el otro Carlos, el sueco.
Carlos realmente disfruta de la carrera y nos contagia su entusiasmo, nos anima y nos guía a todos
transmitiéndonos sus ganas y poniéndonos verdes de envidia con los
tiempazos que se marca, es el mejor en todas las distancias porque tiene genes de atleta de
élite y porque entrena y sufre más que nadie. Ahora mismo está en capilla, en San
Sebastián, a pocas horas de enfrentarse por cuarta vez en su vida, si no me fallan las cuentas, al reto de los 42 km y 195 m, yo tendría que haber estado allí con él pero al final una gastroenteritis y un entrenamiento muy mal llevado me hicieron rajarme indignamente. Estoy seguro de que mañana va a ser un gran día para él que es el primero de nosotros en vivir de primera mano el
maratón más rápido y emblemático de España, no se que marca hará porque el clima no parece que vaya a colaborar mucho pero si el día no es malo no me sorprendería verle mucho más cerca de las 2h50 que de las 3h. Mucha Suerte monstruo!!!
Bueno, aparco el
boli por hoy, este blog ya tiene dos entradas, que es el doble de las que tenía antes. Me voy a poner las zapas que ahora toca marcarse unas series de 1000 a ver si vamos poniendo a punto el motor para
Aranjuez, la próxima gran cita.